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jueves, 13 de noviembre de 2008

11 consejos para hablar en público

Cuando Guy Kawasaki comenzó a hablar en público a mediados de los años ochenta, estuvo aterrorizado de hacerlo. Le ha tomado 20 años para sentirse cómodo consigo mismo. El ser llamado a dar discursos es la forma más cercana de convertirse en un atleta profesional que muchos de nosotros lograremos. A continuación se encuentran 11 de sus consejos para dar discursos magníficos:

- Tenga algo interesante que decir: esto significa el 80 por ciento de la batalla. Si usted no tiene nada que decir, usted no debería hablar – fin de la discusión.
- Omita la parte de las ventas: el propósito de muchas ideas principales es entretener e informar. Éstas muy raramente le proveerán la oportunidad de hacer una propuesta de ventas. Si a usted se le invita, por ejemplo, para hablar del futuro de la música digital, jamás lo haga sobre el más reciente reproductor de MP3 que se encuentra vendiendo su compañía.
- Enfóquese en entretener: muchos instructores de oratoria estarían en desacuerdo, pero el objetivo de un discurso es el de entretener a una audiencia. Si el público es entretenido, usted podrá contribuir con unos granitos de arena en información. Si por el contrario su discurso es tedioso, no habrá cantidad de información que lo hará grandioso.
- Comprenda a la audiencia: Si usted puede probarle a su audiencia que ellos comprenden quienes son durante los primeros cinco minutos, los tendrá atrapados por el resto del discurso. Todo lo que usted necesita entender se encuentra en las tendencias, competencia y asuntos clave enfrentando a la audiencia.
- Sobrevístase: Nunca te vistas por debajo del nivel de la audiencia. Eso quiere decir que, si ellos visten con trajes, usted así debería hacerlo. El vestirse de menos es igual a comunicar "yo soy más listo/rico/poderoso que usted. No le puedo tomar en serio y no hay nada que pueda hacer acerca de ello". Esta es la manera equivocada de agradarle a una audiencia.
- No denigre a la competencia: denigrando a la competencia usted estaría tomando una ventaja injustificada del privilegio de dar un discurso. Usted no le está haciendo un favor a la audiencia. Ella se lo está haciendo a usted, así que no caiga tan bajo en cuanto a utilizar la oportunidad de calumniar a su competencia.
- Cuente historias: la mejor manera de relajarse es contando historias de cualquier clase. Los buenos oradores son buenos contadores de historias; y los que son grandiosos cuentan historias que apoyan su mensaje.
- Precircule con la audiencia: he aquí la manera de poner la conexión de su audiencia a su altura: hábleles antes de comenzar su discurso –especialmente a aquellos que se encuentran en primera fila. Luego, cuando se encuentre en el podio, verá sus rostros amigables. Su confianza despegará hasta cielo, usted se relajará y se sentirá grandioso.
- Hable al comienzo de un evento: la audiencia se encuentra más relajada y están más aptas para escucharle, reírse con sus chistes y seguir sus historias. Al tercer día de una conferencia, la audiencia se encontrará cansada y todo lo que tendrán en mente será irse a casa.
- Pida una sala pequeña: si usted tiene esta opción, consiga la sala más pequeña que le sea posible. Una sala llena es una mucho más sensible. Es mejor tener a doscientas personas en una sala para doscientas personas que quinientas en una sala para mil. Usted siempre querrá que la gente recuerde "una sala llena".
- Ensaye y hable todo el tiempo: esto es algo "demasiado predecible" aunque relevante. Mi teoría es que usted debe dar un discurso al menos 20 veces para hacerlo decente. Usted puede repetírselo a su perro unas 19 veces si lo desea, pero esto toma práctica y repetición.
Tal como una vez lo dijo el renombrado violinista Jascha Heifetz, "si no practico por un día, yo lo sabré. Si no lo hago por dos, los críticos lo sabrán. Y si no practico por tres, la audiencia lo sabrá".
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